"MI PISTO" CON UN TOQUE DE SOJA Y PIMENTÓN DE LA VERA

Hace unos días un amigo me regaló unos pimientos morrones amarillos, dos calabacines y una berenjena. Recibí las verduras con mucho agrado, pero mi compañero de mesa, mi hijo, no es muy de estas verduras. Más bien es de pocas. No sabe lo que se pierde. Tengo la esperanza de que con el tiempo aprenda.

No sabía que hacer con ello y no quería que se me estropearan. Ayer me puse delante los ingredientes y pensé en hacer pisto con lo que tenía en la despensa.

INGREDIENTES

• 2 cebollas tiernas
• 3 pimientos morrones amarillos
• 2 calabacines
• 1 berenjena
• 2 tomates pera/rama
• 2 dientes de ajo hermosos
• 1 vaso de vino blanco
• 1 cucharada de salsa de soja
• 1 cucharadita de pimentón de la vera
• Sal
• Aceite de oliva virgen extra

PREPARACIÓN

Vamos al lío. Lo primero de todo limpiar bien toda la verdura y secar. 

Empezamos con los ajos, pelar y cortar finamente. Los ponemos en un olla hermosa para que entre toda la verdura, con un poco de aceite. Troceamos las cebollas tiernas en cuadritos no demasiado pequeños y cuando empiecen a dorarse los ajos incorporamos la cebolla,  Ponemos una pizca de sal.

Mientras, troceamos los pimientos y añadimos. Troceamos los calabacines con la piel y añadimos. Troceamos la berenjena y añadimos y lo mismo con los dos tomates, también sin pelar, cortados en dados. Removemos toda la verdura y dejamos que se vaya cocinando a fuego medio con la olla tapada. 

Mezclamos bien sin aplastar la verdura para que quede lo más entera posible e incorporamos la cucharada de salsa de soja y el vaso de vino blanco.

Probamos el punto de sal, teniendo en cuenta que la salsa de soja es bastante salada. Incluso podemos añadir una pizca de azúcar para rebajar la acidez del tomate, pero en este caso no ha sido necesario.

Un par de minutos antes de retirar del fuego le ponemos un toque especial con una cucharadita de pimentón de La Vera  dulce, que le aportará ese maravilloso sabor ahumado a nuestro pisto de verduras que tanto le caracteriza.

Retiramos del fuego y dejamos reposar unos minutos. 

Como veis ha salido bastante pisto para uno sólo, así que lo que suelo hacer es repartir en pequeños tapers de plástico de ración y congelar. De este modo se puede acompañar cualquier plato de carne o de pescado al horno, por ejemplo, o simplemente con un huevo frito o escalfado. 

De verdad, merece la pena.